Durante muchos años el curriculum británico de educación Infantil ha promovido el uso de los espacios exteriores como contextos de aprendizaje integrados en esta etapa, que comprende hasta los 5 años de edad. Muchos colegios en Reino Unido y en Europa usan los espacios exteriores como una extensión de la clase y como un sitio distintivo con oportunidades únicas para el aprendizaje.
El impacto positivo del uso de los espacios de aprendizaje al aire libre en el desarrollo cognitivo, físico, social, emocional y creativo de los niños está ampliamente evidenciado por la investigación empírica.
Las generaciones pasadas se beneficiaban de largos tiempos de juego en espacios exteriores, y como adultos miramos con nostalgia estas experiencias tempranas tan ricas.
Las necesidades evolutivas de la infancia no han cambiado, sin embargo, existen hoy muchas presiones que llevan a que los niños dispongan de mucho menos tiempo de juego al aire libre. Algunas de estas presiones, como el curriculum centralizado, ambos padres trabajando largas horas o el uso de los coches como medio de desplazamiento, incluso en trayectos cortos, son factores que impiden el acceso al juego exterior libre de los niños. Otros cambios culturales, como el mayor acceso a los dispositivos electrónicos como fuente de entretenimiento han contribuido también a que los niños pasen menos tiempo jugando fuera. Helen Tovey, entre otros, profundiza en este impacto (Playing Outdoors”, 2007, Open University Press).
¿Por qué es importante el aprendizaje al aire libre?
Tener fácil acceso a espacios exteriores, independientemente del tiempo o la época del año, permite a los niños tomar sus propias decisiones sobre el juego. Así mismo, les ayuda a comprender los cambios que se producen en las distintas estaciones del año.
Promover actividades de aprendizaje en los espacios escolares exteriores, contando con la planificación y los recursos adecuados, aporta los siguientes beneficios:
- Fomenta el desarrollo de un estilo de vida activo y saludable;
- ofrece a los alumnos mayores oportunidades de actividad física, libertad y movimiento.
- promueve una mayor confianza y bienestar en los niños;
- permite el desarrollo de relaciones interpersonales en armonía, a través de la negociación, el respeto a los turnos y la cooperación;
- son un apoyo para aquellos niños que aprenden mejor a través de la actividad y el movimiento;
- proporciona nuevos desafíos y ayudan al desarrollo de las habilidades sociales necesarias de resolución de conflictos;
- desarrolla la creatividad y la capacidad de resolución de problemas;
- pone a los niños en contacto con la naturaleza y les ofrecen experiencias únicas, como el contacto directo con la naturaleza, el tiempo y las estaciones del año.
Dallington School, ubicado en Parque Conde de Orgaz, una zona tranquila y repleta de espacios verdes en el centro de Madrid, cuenta con un magnífico y amplio jardín para el juego y el aprendizaje exterior.
En Dallington School integramos los espacios exteriores de aprendizaje como continuidad del trabajo en el aula, conformando experiencias de aprendizaje muy ricas para nuestros alumnos cada día. Aprender en nuestro precioso jardín contribuye a que todos y cada uno de nuestros alumnos vengan felices al colegio, crezcan en un contexto educativo saludable y activo, y disfruten aprendiendo.