En Dallington School, entendemos que nuestros alumnos crecen en una era profundamente marcada por la tecnología en la educación y la inteligencia artificial. Vivimos un momento de transformación constante, donde el futuro ofrece grandes oportunidades, pero también nuevos desafíos.
Por eso, creemos que educar en competencias digitales y tecnológicas es tan importante como enseñar a hacer un uso responsable y consciente de las mismas. Nuestro compromiso con la educación tecnológica va más allá de la enseñanza de herramientas: se centra en formar ciudadanos críticos, creativos y equilibrados ante el avance de las nuevas tecnologías en la educación.
El impacto de la tecnología en la infancia
Este año, hemos querido compartir con las familias del colegio una lectura que consideramos especialmente relevante: La generación ansiosa, de Jonathan Haidt. Este libro, basado en evidencia científica sólida, explora los efectos del uso precoz y sin control de la tecnología en el desarrollo emocional y mental de niños y adolescentes.
Una de las reflexiones más poderosas que plantea Haidt es la paradoja entre la sobreprotección en el mundo real y la libertad excesiva en el mundo virtual. Mientras los padres nos mostramos cada vez más cautelosos ante los peligros físicos, a menudo damos acceso ilimitado al entorno digital, que —según los datos— puede ser mucho más dañino, especialmente en edades tempranas.
Mapa Digital, tecnología con sentido en cada etapa
En Dallington School hemos diseñado un Mapa Digital que orienta a las familias sobre el uso adecuado de la tecnología según la etapa madurativa del niño, siempre basándonos en la evidencia científica y en nuestro conocimiento del desarrollo infantil.
Durante la etapa de Infantil y Primaria, cuanta menos pantalla, mejor
Creemos firmemente que los niños deben jugar, interactuar, moverse al aire libre y aprender a resolver conflictos de forma natural. En esta fase, el cerebro aún está en pleno desarrollo, y es crucial ofrecer un entorno rico en experiencias reales, físicas y sociales.
Es natural que, en esta etapa, los niños vean ocasionalmente alguna serie o película. Lo importante es que ese consumo sea moderado, compartido siempre que sea posible, y que los dispositivos cuenten con controles parentales activados, de manera que el acceso esté limitado a contenidos adecuados para su edad.

Lo mismo ocurre al buscar información en internet: el control parental es esencial. Hoy en día, el acceso a la pornografía es extremadamente fácil, y muchas veces empieza de forma accidental o por simple curiosidad: una búsqueda inocente de palabras llamativas puede llevar, sin los filtros adecuados, a contenidos altamente inapropiados.
La edad media de primer contacto con este tipo de material es, preocupantemente, de solo 8 años. Como adultos, debemos ser plenamente conscientes de este riesgo y actuar con responsabilidad para proteger su desarrollo emocional y cognitivo.

Final de Primaria y Secundaria, una educación tecnológica equilibrada
Al final de Primaria, puede introducirse la videoconsola como un elemento de juego ocasional, siempre con límites claros y supervisión. Bien utilizada, incluso puede ser una vía de comunicación con otros, pero es fundamental dosificar su uso, ya que un exceso puede afectar negativamente al ejercicio físico y a la vida social fuera de las pantallas.

Al inicio de la etapa de Secundaria, consideramos que puede ser apropiado que los alumnos tengan acceso a un teléfono móvil, idealmente sin conexión a internet, como herramienta útil para su autonomía y seguridad en los desplazamientos o para comunicarse con sus familias.

Sin embargo, no recomendamos el uso de redes sociales hasta los 16 años, ya que es a partir de esta edad cuando funciones ejecutivas como el autocontrol, la atención o la capacidad de concentración están más desarrolladas.

Además, a esa edad están más preparados para discernir y enfrentarse a ciertos contenidos desde una perspectiva más madura. Aun así, incluso cuando les damos más autonomía, el acompañamiento adulto sigue siendo fundamental: mantener una comunicación fluida y un entorno de confianza marcará la diferencia.
Por último, recordamos que el uso de la tecnología puede afectar a aspectos esenciales del día a día como el descanso, el tiempo al aire libre o el ejercicio físico. Por eso, en cada etapa, es clave mantener un equilibrio que garantice rutinas saludables.
Nuestro Mapa Digital no busca imponer, sino ayudar a las familias a tomar decisiones informadas, alineadas con el bienestar, el desarrollo integral y la salud mental de nuestros hijos.
En Dallington School apostamos por una visión de la tecnología en la educación centrada en las personas. Creemos que el futuro no depende solo de dominar las herramientas digitales, sino de utilizarlas con criterio, ética y equilibrio. Solo así podremos aprovechar todo el potencial de las nuevas tecnologías en la educación, sin perder lo más importante: el desarrollo humano y emocional de nuestros hijos.
María y Paola Recio Zapata
Directoras y psicólogas de Dallington School